Al buscar un trabajo, muchas personas aplican la regla de "no se puede todo en la vida", pensando que es complejo lograr el equilibrio entre un puesto bien remunerado y la felicidad en lo laboral. Pareciera que la consigna es: trabajo en una oficina donde me va bien pero ‘me aburre lo que hago', o al revés, estoy en un lugar agradable, pero la paga es mala", ejemplifica la orientadora vocacional y psicóloga por la UNAM, Leticia Pérez.

La conexión entre personalidad y empleo se convirtió en el foco de los estudios del psicólogo estadounidense John Holland, cuya clasificación fue adoptada por el departamento del Trabajo de Estados Unidos.

La personalidad es el conjunto de actitudes, hábitos y conducta de cada ser humano que persisten a lo largo del tiempo frente a distintas situaciones y, según Holland, un profesionista puede tener intereses asociados a los siguientes seis patrones:

1. El realista
Son personas que disfrutan de trabajos que incluyan actividades prácticas, que impliquen uso de herramientas y maquinaria, así como la resolución de un problema concreto. Podría decirse que las ocupaciones vinculadas a estos profesionistas no requieren mucho papeleo o trabajar estrechamente con otros. Ejemplos: dentistas, agrónomos, pilotos de líneas aéreas, ingenieros vinculados con áreas tecnológicas (como computación, mecánica, electrónica) y veterinarios, sólo por mencionar algunos.

2. El investigador
Literalmente, aman trabajar con ideas y logran desarrollarse en tareas que requieren ardua labor de indagar hechos y resolver problemas. Ejemplos: profesionistas del área de ciencias naturales y de la salud, como químicos, físicos, biólogos, matemáticos y afines del ámbito de finanzas, como contadores.

3. El artista.
Suelen adaptarse mejor "a trabajos con formas, diseños y patrones". Es gente que necesita expresarse y trabajar sin reglas fijas, por ejemplo, diseñadores gráficos y de modas, arquitectos y artistas -en general-. 

4. Sociables
En su obra, Shatkin menciona que este tipo de personalidad disfruta trabajar comunicándose con gente y enseñando. Generalmente logran su máxima realización en ocupaciones que requiere estar en contacto con diversos públicos.
Ejemplos: el área de docencia y varias carreras en el rubro de ciencias sociales, como mercadólogos,  comunicadores, politólogos, profesionistas del rubro de turismo e, incluso, psicólogos.

5. Destapar nuevas ideas.
Hay quienes entienden su vida laboral como el reto de iniciar y llevar adelante proyectos, liderar grupos humanos y tomar muchas decisiones, señala en su obra el especialista. Además, este tipo de colaboradores toman riesgos como punto de partida.
Ejemplos: emprendedores, abogados, gerentes, directores de áreas.

6. Personalidades convencionales
"Si disfrutas ajustando procedimientos, estableciendo rutinas y trabajando con datos y con detalles mucho más que con ideas, eres del tipo convencional", detalle el autor.
Ejemplos: analistas de sistemas y de finanzas, contadores, organizadores de eventos y personal de recursos humanos, por citar algunos tipos de actividades profesionales.

Por: Paola Yanine García/ Eventos y RS Staff
Fuente: CNN Expansión

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