Personal Branding: Tú eres tu propia marca.

Cuando uno quiere desarrollar armónicamente tanto el proyecto personal como el profesional, confluyendo ambos en un proyecto de vida tiene que encarar la tarea del marketing personal.
Esto es algo que todos deseamos: desarrollar nuestro potencial en el trabajo, en nuestra vida de relaciones, en el transcurrir cotidiano y lograr así una vida plena en la que no haya disociaciones entre "lo que quiero" y "lo que hago"; entre "lo que soy" y "lo que quiero ser". Hacer cada vez más pequeña la brecha entre nuestras aspiraciones y nuestras realizaciones es algo posible si se cuenta con el método adecuado.Y aquí entra en juego lo que hemos llamado "marketing personal" y "tú eres tu propia marca".


¿Qué significa ser una marca?
Ser una marca implica tener la capacidad de diferenciarnos de los otros y poder mostrar una identidad propia y única. Así, nuestro nombre e imagen constituyen una marca por la cual nos reconocen en los distintos ambientes en los cuales nos desenvolvemos.

¿Qué implica construir la marca personal?
La marca personal nos involucra por completo: somos nuestro propio envase (packaging), no podemos delegar en otra persona, nuestras propiedades son cambiantes y vitales (como seres humanos que somos), y promovemos relaciones interpersonales a largo plazo.
Satisfacer necesidades es mi condición como marca: debo ser percibido por mis clientes actuales y potenciales y debo ser incorporado a las ecuaciones costo-beneficio de esas necesidades que voy a satisfacer.

¿Cómo se visualiza mi marca?
Ésta se observa en mi comportamiento diario y en la forma en que presto los servicios. Transparencia, honestidad, respuestas rápidas, eficiencia en la resolución de problemas, poder enfrentar situaciones difíciles y dar cuenta de ellas son todos atributos que definen la marca personal.

También la sonrisa, la forma en que hablamos, nos vestimos y cómo nos relacionamos con la gente son visualizaciones de la propia marca, todo ello en el marco de la cultura en la que nos movemos.
Para construir nuestra marca no debemos forzar nuestros sentimientos ni fingir ser lo que no somos. La marca debe reflejar una congruencia entre nuestra vida personal y profesional y dicha coherencia se traduce en lo que decimos nuestro discurso, y en lo que hacemos nuestra acción.

Por: Paola Yanine García/ Eventos y RS Staff
Fuente: Mujeres de empresa

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