El marketing interno implica dos tipos de procesos de gestión: la gestión de las actitudes y la gestión de la comunicación.(Quintanilla,1994)
Gestión de actitudes: debemos gestionar las actitudes de las personas trabajadoras y su motivación para tener una actitud positiva orientada a servicio y a los clientes. Es un proceso continuo.
Los tres tipos de actitudes de las que se han ocupado tanto el comportamiento organizacional como el marketing interno son:
1.- La satisfacción en el puesto de trabajo: hace referencia a la actitud general de un individuo hacia su puesto.
2.- La involucración en el puesto: grado en el que una persona se identifica con su puesto, participa activamente en él y considera su desempeño como algo importante para su autoestima y el compromiso organizacional
3.- Grado en el que una persona trabajadora se identifica con una organización determinada y sus metas y desea mantener la pertenencia a ella.
La actitud más importante es la primera de ellas. En este sentido, las variables que determinan dicha satisfacción son: un trabajo desafiante desde el punto de vista mental, recompensas equitativas, condiciones de trabajo satisfactorias y compañeros que respalden. Hay una correlación positiva entre motivación y productividad.
Gestión de la comunicación: todo el personal necesita información para poder realizar sus funciones como líderes y proveedores de servicios a clientes internos y externos. Es un proceso discreto en el que se incluyen actividades de información a intervalos de tiempos apropiados
El enfoque de marketing interno eficaz  requiere la interrelación de estas dos gestiones. Para ello debemos contar con los tres elementos siguientes:
·         El marketing interno ha de considerarse como parte integral de la estrategia de la dirección.
·         El proceso de marketing interno NO ha de ser contrarrestado por la estructura organizativa o por la falta de apoyo de la dirección.
·         La  alta dirección ha de demostrar CONSTANTEMENTE una actitud de apoyo activo al proceso de marketing interno.
Todo ello implica: entender profundamente la filosofía de la empresa; conocer las técnicas y procedimientos de marketing interno; asumir que el proceso es por lo general lento y que el secreto de su eficacia estará en función de la continuidad y la planificación; expandir sus fundamentos teóricos y técnicos entre los directivos, los mandos, los responsables y el resto del personal; facilitar condiciones estructurales y organizativas que soporten los cambios que oriente hacia la FLEXIBILIDAD, y que existan o puedan diseñarse, con relativa facilidad, sistemas de dirección participativa, métodos de involucración laboral y pautas de motivación intrínseca.
Resumiendo, para conseguir el éxito, el marketing interno comienza por la alta dirección. Seguidamente, la dirección media y los supervisores han de aceptar y desempeñar su papel en el proceso de marketing interno.

Aportación: Esther Villalobos. /BenViveMKT 

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